¿Cuándo el fraude fiscal constituye un delito?
No siempre que existe fraude fiscal hay que hablar de delito. Para que una conducta de este tipo se considere delito, la cantidad defraudada debe ser superior a los 120.000 euros. Es decir, las cuotas o importes no ingresados y los beneficios o devoluciones obtenidos de forma indebida han de superar esa cantidad, con una excepción: que se cometa fraude contra la Hacienda de la UE, en cuyo caso el límite desciende a los 50.000 euros.
Ahora bien, que no se considere delito no quiere decir que una actuación esté exenta de consecuencias. Simplemente, significa que los efectos que genera son administrativos, no penales.
En cualquier caso, nuestra recomendación es que se ponga en manos de un buen abogado penalista especializado en delitos económicos.
¿Cuáles son las penas para el delito de fraude fiscal?
El Código Penal establece para los delitos de fraude fiscal una pena conjunta de prisión y multa, que se concretará en función de las cuantías defraudadas y demás circunstancias de cada caso particular.
En general, las penas oscilarán entre uno y cinco años de prisión y multa de entre el tanto y el séxtuple de lo defraudado. Y se aplicará esta pena en su mitad superior, si:
- Se utiliza a otras personas para ocultar la obligación tributaria.
- El fraude fiscal tiene una especial trascendencia.
Asimismo, quien resulte condenado por cometer un delito de fraude fiscal perderá el derecho a obtener ayudas, subvenciones o beneficios fiscales durante entre tres y seis años.
Las penas agravadas
La modalidad agravada del delito de fraude fiscal existe cuando:
- El importe defraudado supera los 600.000 euros.
- El fraude se comete dentro de una organización criminal.
- Se utilizan sociedades ‘pantalla’ o paraísos fiscales para la comisión del delito.
Distintos tipos de delitos de fraude fiscal
Nuestro Código Penal distingue hasta seis tipos de delitos fiscales diferentes:
Delito de defraudación tributaria
Alguien comete fraude tributario cuando, por acción o por omisión, se defrauda a la Hacienda Pública, ya sea la estatal, la autonómica o la local. Este fraude se puede cometer tanto evitando el pago de impuestos como obteniendo devoluciones o beneficios indebidos. Y hablamos de delito contra la Hacienda Pública cuando la suma de todo ello supera el importe estipulado: los 120.000 euros.
Delito de fraude de subvenciones
Obtener indebidamente ayudas o subvenciones procedentes de las Administraciones Públicas constituye un fraude, que se convierte en delito cuando las cantidades superan los 100.000 euros. Para conseguirlo, normalmente es necesario falsear las condiciones necesarias para la concesión.
Delito contable
Podemos considerar el delito contable como la antesala del fraude tributario. En este caso, se persiguen actuaciones que suelen preceder a la defraudación tributaria y que tienen que ver con omitir u ocultar la verdadera situación financiera de una persona o de una empresa.
Delito contra la Seguridad Social
Eludir los pagos a la Seguridad Social conscientemente y con ánimo de lucro es un delito, equiparable en efectos a cualquier delito contra Hacienda. Según el Código Penal, hay tres vías para la comisión de esta clase de delito:
- No hacer frente al pago de las cuotas, ya sea por acción o por omisión.
- Obtener devoluciones indebidas de las cuotas.
- Disfrutar de forma indebida de deducciones que no corresponden.
Obtención indebida de fondos públicos
La obtención indebida de fondos públicos es un delito denominado malversación. Consiste en que un funcionario o cargo público se apropia incorrectamente de fondos económicos cuya gestión se le ha encomendado. Estas son las características del acto delictivo:
- Se comete con dolo y con el fin de conseguir un beneficio.
- Quien lo lleva a cabo es una de las figuras contempladas en el artículo 435 de nuestro Código Penal y tiene competencias para gestionar el dinero público.
- El importe malversado es dinero público.
- En el acto concurren un abuso de autoridad, una administración desleal o una apropiación indebida del patrimonio público.
Delito contra los fondos de los presupuestos públicos
Estas son las situaciones en las que puede producirse un delito contra los presupuestos públicos (estatales, autonómicos o de la Unión Europea):
- Eludir el pago correspondiente a los presupuestos.
- Dar a los fondos un destino diferente al planificado.
- Falsear datos para obtener fondos del presupuesto.
En todos los casos, tendríamos que hablar de cantidades defraudadas superiores a los 50.000 euros.
Conclusiones
- El delito de fraude fiscal tiene múltiples formas y vías de comisión. En consecuencia, cada una de las actuaciones aquí enmarcadas tiene unas consecuencias y unas penas previstas en nuestro Código Penal.
- Existe el delito contable, de defraudación pública, de subvenciones o contra la Seguridad Social, por ejemplo. En cualquier caso, no siempre que exista fraude es posible hablar de delito. La intencionalidad y el importe del dinero defraudado se deben tener en cuenta a la hora de otorgar esta calificación.