Se trata de un producto mediante el cual, aunque el deudor pague en euros,
tanto el capital como las aportaciones se calculan en otras divisas
Dentro del territorio Europeo, para una hipoteca corriente, el tipo de interés se calcula
con referencia al Euribor. No obstante, para la multidivisa el índice que marca el
interés es el denominado libor. El libor depende de los distintos tipos de las divisas.
De este modo, tenemos el libor del franco suizo, el libor del yen, etc. El libor de las
diversas monedas lo publica la British Bankers Association.
Las hipotecas multidivisa son claramente un producto tóxico, híbrido y muy arriesgado.
En plena crisis económica, los bancos empezaron a apostar por una serie de productos que podía
reportarles beneficios. Algunos de ellos fueron las conocidas participaciones preferentes,
tristemente popularizadas por las consecuencias dañinas que tuvieron -y siguen teniendo- para
los inversores. También las hipotecas multidivisa se comercializaron de forma casi masiva.
Aunque el consumidor pueda cambiar de divisa o convertir a euros, siempre habrá de satisfacer otras comisiones.
De este modo, antes de contratar una hipoteca multidivisa hay que afinar bien la vista y fijarse
detenidamente en la letra pequeña, exigir al banco todo tipo de explicaciones y, en caso de haberla
contratado sin la debida información, no dudar en reclamar o litigar, si es preciso, con la entidad financiera.
El Tribunal Supremo falló una sentencia el día 30 de junio de 2015 mediante la cual declaró que las hipotecas multidivisa son productos derivados financieros.
No obstante, los deudores tienen también sus derechos, especialmente si se trata de minoristas
no expertos en cuestiones financieras. Y esto es porque el Tribunal Supremo falló una sentencia
el día 30 de junio de 2015 mediante la cual declaró que las hipotecas multidivisa son productos
derivados financieros.
En el caso concreto de la libra, algunas personas han podido ahorrarse hasta un 23% de su hipoteca.
Las hipotecas multidivisa se pusieron de moda y empezaron a ser comercializadas de forma masiva entre
los años 2005 y 2007. Los endeudados españoles que las contrataron en libras esterlinas, pueden verse
beneficiados en estos momentos en los que, debido al "Brexit", esta divisa está bajando de valor.